El número real de muertes por el coronavirus en Wuhan —ciudad china donde se originó el brote— podría ascender a más de 32.000, una cifra 12,7 veces mayor que la oficial, revela un artículo de The Epoch Times, que se basa en fuentes locales.
Aunque la comisión provincial de salud de Hubei anunció el pasado 23 de marzo que en todo Wuhan 2.524 personas habían muerto por el virus, informes de especialistas médicos apuntan a que las autoridades han estado encubriendo la situación real tanto en el epicentro como en el resto del país, sostiene el artículo.
“Urnas innumerables”
Desde que Wuhan fue cerrada el 23 de enero, las autoridades gubernamentales no permitieron que las personas enterraran las urnas de cenizas, y desde el pasado 2 de febrero hasta el 23 de marzo, los ciudadanos no pudieron recoger las cenizas de sus familiares fallecidos. En otras palabras, la mayoría de las cenizas de los fallecidos entre el 23 de enero y el 23 de marzo se guardaron en las funerarias, explica la publicación. Después de que a las familias se les permitiera recoger los restos cremados en siete funerarias con crematorios administradas por el Gobierno, comenzó a surgir una idea más clara de la verdadera cifra de muertos.
Una fuente del periódico, un taxista local de apellido Yin, fue el pasado 24 de marzo a una funeraria local para recuperar las cenizas de su madre, que murió el 1 de febrero. El hombre relata que “las urnas eran innumerables” y que “todo el vestíbulo” de la instalación estaba lleno de ellas, mientras que algunas incluso se colocaron fuera de la puerta debido a la falta de espacio.
¿Más de 32.000 muertos?
Wuhan tiene un total de ocho funerarias administradas por el Gobierno, siete de las cuales tienen crematorios, mientras que la octava se dedica a servir a los musulmanes hui y lleva a cabo entierros.
Según otro residente de Wuhan, de apellido Ding, que también perdió a su madre por el virus, la funeraria de Wuchang notificó a los familiares de los fallecidos que entregaría 500 urnas por día, para garantizar que todas las urnas se distribuyan antes del 4 de abril, cuando se celebra en China la festividad de Qingming, también denominada día de los muertos. De esta manera, habría unos 6.000 cuerpos en esta instalación (500 multiplicados por 12 días).
El pasado 26 de marzo, la revista china Caixin informó que la funeraria de Hankou compró 5.000 urnas en 24 horas. Luego, el personal tomó una foto de la sala de almacenamiento de la instalación, que mostraba 3.500 urnas adentro. Por lo tanto, se puede suponer que la instalación distribuyó 1.500 urnas en 24 horas. Si la funeraria distribuye la misma cantidad de urnas todos los días desde el 23 de marzo hasta la festividad de Qingming, habría al menos 18.000 cuerpos en Hankou, estima The Epoch Times.
La funeraria Yushunshan, en el distrito de Caidian, tiene aproximadamente dos tercios de la capacidad de las instalaciones de Wuchang, según un miembro del personal. Por lo tanto, se podría estimar que quemó los restos de 4.000 personas.
Las funerarias de los distritos Jiangxia, Huangpi, Xinzhou y Qingshan cuentan con una capacidad similar, que es aproximadamente la mitad de la de Wuchang, con lo que se podría deducir que quemaron en conjunto unos 12.000 cuerpos, indica The Epoch Times.
De esta forma, el número total de urnas distribuidas por las siete instalaciones es de aproximadamente 40.000. El artículo calcula, basándose en las últimas estadísticas publicadas por las autoridades de Hubei, que entre el 23 de enero el 23 de marzo se habrían producido unas 7.860 muertes por causas ajenas al virus, por lo que el número estimado de muertos por el covid-19 sería de al menos 32.140, sin contar a los pacientes con virus que fallecieron en Wuhan antes del 23 de enero.
¿Verdad oculta?
The Epoch Times acusa al Gobierno chino de proporcionar datos falsos sobre la propagación del coronavirus. Así, resalta que un estudio publicado el 29 de febrero por un grupo de especialistas del Centro de un Control y Prevención de Enfermedades de China reveló que 104 personas estaban infectadas con el virus en diciembre de 2019. Sin embargo, las autoridades de Wuhan anunciaron el 31 de diciembre que hubo un brote inicial de “neumonía viral” entre 27 personas.
Los especialistas señalaron también que el primer trabajador médico infectado con el virus fue diagnosticado el 27 de diciembre y que un total de 151 empleados sanitarios se infectaron en Wuhan entre el 1 y el 20 de enero. Las infecciones del personal médico son una señal de que el virus es capaz de transmitirse de persona a persona, un hecho que las autoridades negaron hasta el 20 de enero, recuerda el artículo.
En marzo, The Epoch Times obtuvo cuatro documentos de la Comisión de Salud Municipal de Wuhan que apuntaban que para el 14 de marzo había 373 casos positivos en la urbe, 91 de ellos nuevos. Mientras tanto, el Gobierno solo reportó cuatro nuevas infecciones en Wuhan ese día.
China declaró haber logrado contener la transmisión del virus entre sus ciudadanos, pero existe la preocupación de que aparezca un nuevo brote por los casos importados. Hasta el 31 de marzo se registraron allí un total de 771 casos importados.
Según un estudio publicado este 31 de marzo en la revista Science, las estrictas medidas tomadas por las autoridades chinas durante los primeros 50 días de la epidemia de coronavirus en la ciudad de Wuhan, zona cero de la enfermedad, pudieron haber prevenido más de 700.000 contagios.
Este año es el aniversario número 100 de la pandemia de influenza (gripe) que en 1918 arrasó en todo el mundo, en lo que todavía se considera uno de los brotes de enfermedad más mortales registrados en la historia.
Se estima que alrededor de 500 millones de personas, o un tercio de la población mundial, se infectaron con este virus, y el número de muertes en todo el mundo se estimó en al menos 50 millones, de las cuales unas 675 000 ocurrieron en los Estados Unidos.
La pandemia fue tan grave que, de 1917 a 1918, la expectativa de vida en los Estados Unidos disminuyó en alrededor de 12 años, a 36.6 años para los hombres y 42.2 años para las mujeres.
Hubo tasas de muerte altas entre personas que anteriormente habían sido sanas, incluidas aquellas de entre 20 y 40 años de edad, lo que fue poco común, porque la influenza generalmente afecta a los muy pequeños y a los muy ancianos, más que a los adultos jóvenes.
El surgimiento de la pandemia
La pandemia de influenza de 1918 ocurrió durante la Primera Guerra Mundial; los espacios reducidos y cerrados y los movimientos masivos de tropas ayudaron a impulsar la propagación de la enfermedad.
En los Estados Unidos, la actividad poco habitual de influenza se detectó primero en campamentos militares y en algunas ciudades durante la primavera de 1918. En los Estados Unidos y en otros países involucrados en la guerra no se informó mucho sobre la gravedad y la propagación de la enfermedad, ya que a las autoridades les interesaba mantener la moral alta entre la población y no querían entregar, en tiempos de guerra, información sobre las enfermedades que afectaban a los soldados. A estos brotes ocurridos en la primavera ahora se los considera una “primera ola” de la pandemia; los casos de enfermedad fueron limitados y mucho más leves que los que se observarían durante las dos olas siguientes.
Segunda y tercera ola mortales
En septiembre de 1918, la segunda ola de influenza pandémica surgió en Camp Devens, un campo de entrenamiento del Ejército de los EE. UU. en las afueras de Boston y en una instalación naval en esa ciudad. Esta ola fue devastadora y llegó a su punto máximo en los EE. UU. entre septiembre y noviembre. Más de 100 000 personas murieron en los EE. UU. solamente en octubre. La tercera y última ola comenzó a principios de 1919, duró toda la primavera y causó incluso más casos de enfermedad y muerte. Si bien fue grave, esta ola no fue tan mortal como la segunda. La pandemia de influenza finalmente amainó en el verano de 1919 en los EE. UU., después de dejar familias y comunidades diezmadas que tuvieron que superar la situación. Los científicos ahora saben que esta pandemia fue causada por el virus H1N1, que continuó circulando como un virus estacional en todo el mundo durante los 38 años siguientes.
La influenza de 1918 y el presidente Wilson
El presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, se desmayó en la Conferencia de Paz de Versalles, en abril de 1919, mientras negociaba el fin de la Primera Guerra Mundial con otros líderes mundiales. Algunos historiadores especulan que Wilson estaba débil a causa de la influenza, que todavía estaba generalizada en París.
Limitaciones en los esfuerzos de atención y control en 1918
En 1918 los científicos todavía no habían descubierto los virus, por lo tanto no había pruebas de laboratorio para diagnosticar, detectar o caracterizar los virus de la influenza. Los métodos para prevenir y tratar la influenza tenían limitaciones.
No había vacunas para protegerse contra la infección por el virus de la influenza, medicamentos antivirales para tratar la enfermedad, ni antibióticos para tratar las infecciones bacterianas secundarias como la neumonía.
Los esfuerzos para prevenir la propagación de la enfermedad estaban limitados a intervenciones no farmacéuticas, como la promoción de una buena higiene personal, la implementación del aislamiento, la cuarentena y el cierre de lugares públicos como las escuelas y los teatros.
En algunas ciudades se impusieron ordenanzas que exigían el uso de mascarillas en público. En la ciudad de Nueva York incluso había una ordenanza por la que se multaba o encarcelaba a las personas que no se cubrieran al toser.
A la pandemia de influenza de 1918 a veces se la llama “la gripe española”, no porque se hubiera originado en España, sino porque ese país había permanecido neutral durante la guerra y reportaba sin restricciones las noticias sobre la actividad de influenza.
Preparación para la próxima pandemia
Desde la pandemia de 1918 se han logrado en el mundo grandes avances en la comprensión y el tratamiento de la influenza, pero los virus de la influenza continúan presentando una amenaza grave para la salud pública. Un vasto reservorio de virus de la influenza que circula entre los animales, especialmente las aves, presenta un peligro constante de que pueda surgir otra pandemia de influenza. Durante más de 60 años, los CDC han trabajado para abordar la amenaza continua de la influenza y prepararse para la próxima pandemia.
Los virus de la influenza que tienen potencial pandémico ahora pueden detectarse por medio del sistema de respuesta y vigilancia de la influenza a nivel mundial que incluye a 114 estados miembros de la Organización Mundial de la Salud. La División de Influenza de los CDC es uno de los 6 centros colaboradores de lucha contra la influenza a nivel global que ayudan a monitorear y rastrear la actividad de influenza en todo el mundo, así como a preparar virus candidatos que puedan ser usados para fabricar las vacunas.
Los CDC también trabajan con aliados de la salud pública para monitorear e investigar la infección de seres humanos con virus de la influenza que provienen de los animales. Los CDC realizan estudios de laboratorio continuos sobre los virus de la influenza que afectan tanto a los seres humanos como a los animales, con el fin de entender mejor las características de estos virus. Los CDC también prestan apoyo a los Gobiernos estatales y locales en todos los Estados Unidos y trabajan con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y países aliados para mejorar la capacidad de vigilancia de la influenza y colaborar en la planificación para responder a las pandemias.
La influenza de 1918 y el presidente Wilson
El presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, se desmayó en la Conferencia de Paz de Versalles, en abril de 1919, mientras negociaba el fin de la Primera Guerra Mundial con otros líderes mundiales. Algunos historiadores especulan que Wilson estaba débil a causa de la influenza, que todavía estaba generalizada en París.
Las vacunas contra la influenza estacional que se usan para prevenir la infección se fabrican anualmente y las vacunas prepandémicas contra la influenza también son producidas y almacenadas por el Gobierno federal de los Estados Unidos, para ser usadas durante un evento de pandemia. Los medicamentos antivirales que se usan para tratar la enfermedad de influenza estacional son una posible herramienta durante una pandemia de influenza.
Otro gran avance que se ha logrado desde la pandemia de 1918 es la incorporación de los antibióticos para tratar las infecciones bacterianas secundarias como la neumonía.
Algunas de las muchas herramientas médicas que se han incorporado desde 1918 son los respiradores y las unidades de cuidados intensivos para tratar a los pacientes, además del equipo de protección personal como los guantes, las batas y las máscaras, cuyo uso ahora está generalizado para proteger a los trabajadores de la salud de las infecciones.
Listos y a disposición, estos voluntarios estuvieron en la primera fila de la respuesta a la pandemia de 1918. Hoy en día, los virus de la influenza continúan presentando uno de los mayores retos para la salud en el mundo.
Listos y a disposición, estos voluntarios estuvieron en la primera fila de la respuesta a la pandemia de 1918. Hoy en día, los virus de la influenza continúan presentando uno de los mayores retos para la salud en el mundo.
Los CDC también están trabajando para minimizar el impacto de futuras pandemias de influenza al apoyar las investigaciones que puedan mejorar la aplicación de medidas de mitigación en la comunidad (por ejemplo, el cierre temporal de las escuelas, la modificación, postergación o cancelación de grandes eventos públicos y el establecimiento de distancia física entre las personas en entornos en los cuales comúnmente tienen contacto unas con otras). Estas intervenciones no farmacéuticas continúan siendo un componente integral de los esfuerzos para controlar la propagación de la influenza y, en caso de falta de la vacuna contra la enfermedad, serían la primera línea de defensa en una pandemia. Consulte Directrices de mitigación en la comunidad para prevenir la influenza pandémica. Estados Unidos, 2017*
Aún queda mucho por hacer para estar listos para la próxima pandemia de influenza. Se necesitan vacunas que sean más ampliamente eficaces y que puedan ser fabricadas más rápidamente. La infraestructura mundial para producir y distribuir las vacunas contra la influenza también debe mejorarse. Se necesitan medicamentos de tratamiento contra la influenza que sean más eficaces y menos costosos. También es importante mejorar la vigilancia de los virus de la influenza en los animales.
En los últimos 100 años hemos progresado mucho en la creación de métodos para rastrear, prevenir y tratar la influenza, pero aún queda mucho por hacer. Como la principal agencia de salud pública de los Estados Unidos, los CDC están trabajando con sus aliados de salud pública para cerrar las brechas, mejorar nuestra preparación ante las pandemias y adelantarnos a la próxima pandemia.
La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada la más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales.
Aunque algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917, muchos estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort Riley (EE.UU.) el 4 de marzo de 1918.
Tras registrarse los primeros casos en Europa la gripe pasó a España. Un país neutral en la I Guerra Mundial que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias a diferencia de los otros países centrados en el conflicto bélico.
Ser el único país que se hizo eco del problema provocó que la epidemia se conociese como la Gripe Española. Y a pesar de no ser el epicentro, España fue uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.
Hospital militar de emergencia durante la epidemia de Gripe Española. Camp Funston Kansas Estados Unidos. / Foto: Museo Nacional de Salud y Medicina
La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus. Ahora sabemos que fue causado por un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1. A diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años, una franja de edad que probablemente no estuvo expuesta al virus durante su niñez y no contaba con inmunidad natural.
Fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales eran los síntomas propios de esta enfermedad. La mayoría de las personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonía bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles.
Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los primeros síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco días.
En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus.
Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles.
En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado.Y ASÍ LA LLAMARON…
Los periódicos españoles fueron los primeros en informar sobre una enfermedad que estaba matando a la población. En el resto de Europa, y a ambos lados de las líneas aliadas, censuraron toda información para no desmoralizar a las tropas ni mostrar debilidad ante el enemigo. Con lo cual, sólo se convirtió en noticia en los países neutrales. En un primer momento los medios de España intentaron también darle nombre extranjero bautizándola como ‘El soldado de Nápoles’ o ‘La enfermedad de moda’. Tras informar el corresponsal del The Times en Madrid, el termino de ‘La Gripe Española’ se extendería por el resto del mundo a partir del verano de 1918.
Portadores de la Cruz Roja durante la Gripe Española. Washington DC.
El presidente Martín Vizcarra y la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Ariela Luna, respondieron ante algunas dudas sobre el cobro del bono destinado a familias vulnerables económicamente ante el estado de emergencia por el nuevo coronavirus en el Perú.
La recepción del bono de S/ 380 del Gobierno a las familias vulnerables económicamente ante el estado de emergencia por el nuevo coronavirus comenzó este lunes. Sin embargo, aún quedan dudas de la ciudadanía sobre aspectos relacionados al cobro. Al respecto, el presidente de la República, Martín Vizcarra, y la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Ariela Luna, hicieron aclaraciones en la conferencia de prensa de este lunes del Ejecutivo, durante el octavo día del estado de emergencia.
1. ¿En qué lugares y en qué bancos ya comenzó el cobro del bono? La ministra de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), Ariela Luna, detalló que este lunes comenzó a cobrarse el bono en Lima y Callao en el Banco de Crédito del Perú, Scotiabank, Interbank y BBVA. El Banco de la Nación recién comenzará a pagar el bono desde este martes y en los días sucesivos se informará sobre los cobros en otras regiones.
2. ¿En el banco me pueden informar si me toca cobrar el bono? No. La ministra Ariela Luna enfatizó que la única forma de saber si a alguien le corresponde el bono (que solo puede ser cobrado por una mujer integrante de la familia) es a través de la página www.yomequedoencasa.pe. Allí también se dará información sobre el día del cobro.
3. ¿Puedo adelantar el día del cobro o cobrar antes de que me toque? No. La ministra insistió en pedirle a la ciudadanía que respete el horario que le toque “para evitar aglomeraciones como las que han sucedida hoy [lunes, el primer día del cobro]”.
4. ¿Qué hago si en el bono figura una dirección en la que ya no vivo? Ariela Luna señaló que estos casos están en evaluación, pero el bono se mantendrá. Pidió a quienes tengan este inconveniente llamar a la línea 101 del MIDIS. “Por favor, dirigirse ahí y podremos tomar el nombre y el DNI, de tal manera que nos permita rastrear el caso”, señaló. “Hay que reportarlo, no queremos que una persona vaya de un distrito a otro [para cobrar]. Queremos que esté cerca, que no hayan grandes traslados para evitar la congestión y el incumplir el aislamiento”, complementó el presidente Martín Vizcarra.
5. ¿Qué hago si la persona autorizada para cobrar ha fallecido? En este caso, el bono también se mantiene para el hogar, pero se cambiará a la persona que puede recibir el dinero. “Lo que vamos hacer ahí es, una vez que se comuniquen con nosotros (a través de la línea 101), cambiar la persona autorizada para cobrar el bono y se podrá cobrar”, dijo Luna. La ministra precisó que en el país hay muchas personas que no logran obtener un certificado de defunción de su familiar, lo que ocasiona casos como estos.
6. ¿Qué hago si no estoy como receptor, pero necesito el bono? La ministra recordó que el Gobierno ya anunció un nuevo bono para “personas independientes”, en los que se coordinará con otros ministerios para ver cuáles son los requisitos para las personas que lo reciban.
El presidente Martín Vizcarra agregó luego que el Gobierno busca atender la necesidad de las personas, pero que se enfrentan a inconvenientes como bases de datos desactualizadas o incompletas que pueden ocasionar algunos problemas al momento de la asignación del bono. Ante esto, se ha determinado la ampliación del bono para unas 500 mil familias adicionales.
7. ¿Qué hago si mi familia aparece como receptora del bono pero no lo necesitamos? La ministra Ariela Luna señaló que estos casos también están en evaluación. El presidente Martín Vizcarra invocó “a la conciencia” de esas familias para reportar estos casos. “No se preocupen, vamos a hacer un control riguroso. Ese dinero no se lo queda el banco, va a retornar al Estado y se lo vamos a dar a otra familia”, dijo el jefe de Estado.
Trabajadores que no están en planilla podrán retirar hasta S/ 2,000 ( 2 partes ) de sus AFP.
Presidente Constitucional Martín Vizcarra afirmó que se beneficiarán 2 millones 600,000 aportantes, dicho beneficio es para los trabajadores que en los últimos 12 meses no estaban en la planilla.
Monitoreo Climatológico Del Norte.- Es una agrupación de personas sin fines de lucro con la experiencia de años en monitoreo del clima y de ir directamente a los sitios críticos del evento.